Lollapalooza Chile 2014: una experiencia inclusiva

PortadaCuando me dijeron que este año Ciudad Accesible estaba colaborando con Lollapalooza Chile para que fuera inclusivo, fue literalmente música para mis oídos. Fue como si me dijeran: “Andrea, puedes ir sin problemas. No tienes que llamar, mandar mensajes por Facebook o Twitter ni escribir correos preguntando si tienen medidas para personas con discapacidad. Es seguro para que vayas y no te aplasten en el intento”.

Es verdad, porque cuando quiero ir a un concierto debo de hacer unas cuantas averiguaciones previo a comprar la entrada o una vez comprada, debo preguntar sobre si es seguro y no tendré inconvenientes para ver el concierto tranquila. Me tiene que gustar mucho el artista para comprar sin preguntar antes, porque si luego el lugar no me da confianza, tendría que venderla (por suerte, esto nunca me ha pasado).

En Lollapalooza Chile, la experiencia fue inclusiva, desde cuando me entregaron la pulsera por ser “persona con movilidad reducida”. Con ella pude acceder junto a mi magnífica acompañante, mi sobrina Gio, a las tarimas de los dos escenarios principales para ver los conciertos. Así me evité de empujones, apretones, choques y todo peligro inminente cuando hay aglomeraciones.

Desde ahí puede ver tranquilamente las presentaciones de Café Tacvba (me las canté todas y mi sobrina no los ubicaba), Imagine Dragons, Phoenix, Red Hot Chili Peppers, Anita Tijoux, Julian Casablancas y Pixies. Además, a lo lejos pude escuchar a Lucybell, Nine Inch Nails y Vampire Weekend.

Como era mi primera vez en Lollapalooza, no me dediqué a recorrer tanto, estuve en los principales escenarios ya que eran los que tenían tarimas. Los otros no tenían sectores especiales para personas con discapacidad. De todas formas, fui a ver a Inti Illimani, que tocaba al aire libre, no había aglomeraciones y había sectores para sentarse en el pasto.

El festival también tenía pulsera para personas sordas, que les permitía acceder a sectores al lado del escenario con vista privilegiada a los intérpretes en Lengua de Señas, que acompañaron a Nine Inch Nails, Red Hot Chili Peppers, Arcade Fire y Soundgarden en algunas canciones.

Quizás las únicas dos recomendaciones que daría para el próximo año son acercar la tarima unos metros al escenario y hacer accesibles las salidas. Sobre lo primero, me dijeron que en años anteriores estaba más adelante y si se puede llegar a la media entre esos dos puntos sería ideal. No pido estar en primera fila, pero si tener un poco de mejor vista.

Lo segundo fue a raíz de un comentario muy acertado de mi sobrina cuando salíamos el primer día, que nos quedamos hasta el final del concierto de los Red Hot. Ella me dijo: “(la salida) no es para nada inclusiva”, justo cuando nos vimos envueltas por una masa de personas. Dejamos pasar mucha gente y pensamos que ya había salido la suficiente para hacerlo nosotras, pero en realidad si salieron, pero afuera no se movían tanto como pensábamos. Quizás deberían habilitar una salida extra o personas que te puedan ayudar a salir y no ser aplastada en el intento.

Espero que la experiencia inclusiva se repita en Lollapalooza Chile 2015, permitiendo que más personas con discapacidad puedan disfrutar de la música en vivo.

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